Septiembre 28, 2008
MOTEGI, Japón AFP
Un Valentino Rossi con 'nuevo look', con la cabeza rapada en vez de los angelicales rizos rubios de otros tiempos, volvió a saborear la gloria conquistando un octavo título mundial, este domingo en Motegi, tres años después de su última corona.
A sus 29 años, después de dos temporadas negras y una presunta evasión fical en 2007 estimada en 60 millones de euros -un primer pago de 19 millones de euros fue abonado al fisco italiano en febrero pasado-, Rossi ha madurado.
Abandonó su domicilio londinense, que le permitía pagar impuestos sólo en Inglaterra, para volver a vivir en su magnífica villa cerca de Tavullia (este de Italia), de donde es originario.
De vuelta a casa, se concentró de nuevo en su pasión, las motos, acumulando los records: ocho victorias esta temporada para alcanzar un total de 70 en categoría reina (los 68 triunfos de Agostini fueron igualados en San Marino y batidos en Indianápolis). También se impuso en todos los circuitos en los que ha corrido, incluidos Laguna Seca, San Marino e Indianápolis, que faltaban en su palmarés.
El hijo de Graziano (3 victorias en 250cc), que continúa corriendo con el número fetiche (46) y los colores (amarillo y azul) de su padre, recuperó su estatus de icono de la disciplina, sabiendo gestionar su imagen a la perfección. Su mejor golpe esta temporada fue imprimir en su casco una foto de su cara risueña donde saca la lengua.
Fue en Mugello. Una foto que dio la vuelta al mundo. El domingo en Motegi, después de su victoria, se puso una camiseta en la que estaba escrito: "Scusate il ritardo" (Perdonad el retraso), un guiño a sus miles de aficionados.
A Rossi le gustan los retos. Después de haber ganado tres títulos con Honda (2001-2002-2003), encadenó otos dos títulos con el constructor japonés rival, Yamaha (2004-2005), siempre con el mismo fabricante de neumáticos, Michelin. Y en Motegi dio una tercera corona mundial a la marca de los diapasones.
En 2006 perdió por poco su sexto título en categoría reina en favor del estadounidense Nicky Hayden, coronado en el último Gran Premio de la temporada en Valencia (España). En 2007, el australiano Casey Stoner (Ducati) barrió a la competencia sumando diez victorias en la temporada y dando un primer título a la marca italiana calzada con Bridgestone.
Rossi, descontento con sus neumáticos Michelin, pidió entonces ser equipado para la temporada 2008 por el fabricante japonés. Un nuevo reto que ganó con brío porque se proclamó campeón antes del final de la temporada con ocho victorias en su activo, a falta de tres carreras.
"Inteligente, talentuoso, carismático, sabe rodearse y construir su carrera. Siempre tiene un golpe de ventaja", según Michel Turco, periodista del semanario Moto Revue, y coautor con Dino di Meo de una biografía del 'Dottore', 'Rossi, de la pista a las estrellas'.
Después de haber probado el rally en dos ocasiones (participará en el de Gran Bretaña este año), y dado algunas vueltas al volante de un Ferrari de Fórmula 1 en 2005 y 2006, Rossi decidió continuar su carrera en el motociclismo, donde sueña con batir el récord absoluto de títulos mundiales en categoría reina (8) de su ídolo, Giacomo Agostini.
Fiel como amigo, Rossi sigue siendo un soltero curtido adulado por miles de seguidoras que se presentan cada fin de semana delante de su 'motor-home' para obtener un autógrafo. Objetivo de los paparazzi, ha visto sus relaciones más serias hacerse pedazos después de la publicación de fotografías en compañía de invitadas en 'topless' sobre su yate anclado en Misano (costa adriática), a dos pasos de su casa.
Rossi, juerguista empedernido, se divierte. Sobre una moto y fuera de los circuitos. Y tiene pensado seguir su camino victorioso en 2009 y 2010, aún más si las victorias son fieles a su cita.
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MOTEGI, Japón AFP
Un Valentino Rossi con 'nuevo look', con la cabeza rapada en vez de los angelicales rizos rubios de otros tiempos, volvió a saborear la gloria conquistando un octavo título mundial, este domingo en Motegi, tres años después de su última corona.
A sus 29 años, después de dos temporadas negras y una presunta evasión fical en 2007 estimada en 60 millones de euros -un primer pago de 19 millones de euros fue abonado al fisco italiano en febrero pasado-, Rossi ha madurado.
Abandonó su domicilio londinense, que le permitía pagar impuestos sólo en Inglaterra, para volver a vivir en su magnífica villa cerca de Tavullia (este de Italia), de donde es originario.
De vuelta a casa, se concentró de nuevo en su pasión, las motos, acumulando los records: ocho victorias esta temporada para alcanzar un total de 70 en categoría reina (los 68 triunfos de Agostini fueron igualados en San Marino y batidos en Indianápolis). También se impuso en todos los circuitos en los que ha corrido, incluidos Laguna Seca, San Marino e Indianápolis, que faltaban en su palmarés.
El hijo de Graziano (3 victorias en 250cc), que continúa corriendo con el número fetiche (46) y los colores (amarillo y azul) de su padre, recuperó su estatus de icono de la disciplina, sabiendo gestionar su imagen a la perfección. Su mejor golpe esta temporada fue imprimir en su casco una foto de su cara risueña donde saca la lengua.
Fue en Mugello. Una foto que dio la vuelta al mundo. El domingo en Motegi, después de su victoria, se puso una camiseta en la que estaba escrito: "Scusate il ritardo" (Perdonad el retraso), un guiño a sus miles de aficionados.
A Rossi le gustan los retos. Después de haber ganado tres títulos con Honda (2001-2002-2003), encadenó otos dos títulos con el constructor japonés rival, Yamaha (2004-2005), siempre con el mismo fabricante de neumáticos, Michelin. Y en Motegi dio una tercera corona mundial a la marca de los diapasones.
En 2006 perdió por poco su sexto título en categoría reina en favor del estadounidense Nicky Hayden, coronado en el último Gran Premio de la temporada en Valencia (España). En 2007, el australiano Casey Stoner (Ducati) barrió a la competencia sumando diez victorias en la temporada y dando un primer título a la marca italiana calzada con Bridgestone.
Rossi, descontento con sus neumáticos Michelin, pidió entonces ser equipado para la temporada 2008 por el fabricante japonés. Un nuevo reto que ganó con brío porque se proclamó campeón antes del final de la temporada con ocho victorias en su activo, a falta de tres carreras.
"Inteligente, talentuoso, carismático, sabe rodearse y construir su carrera. Siempre tiene un golpe de ventaja", según Michel Turco, periodista del semanario Moto Revue, y coautor con Dino di Meo de una biografía del 'Dottore', 'Rossi, de la pista a las estrellas'.
Después de haber probado el rally en dos ocasiones (participará en el de Gran Bretaña este año), y dado algunas vueltas al volante de un Ferrari de Fórmula 1 en 2005 y 2006, Rossi decidió continuar su carrera en el motociclismo, donde sueña con batir el récord absoluto de títulos mundiales en categoría reina (8) de su ídolo, Giacomo Agostini.
Fiel como amigo, Rossi sigue siendo un soltero curtido adulado por miles de seguidoras que se presentan cada fin de semana delante de su 'motor-home' para obtener un autógrafo. Objetivo de los paparazzi, ha visto sus relaciones más serias hacerse pedazos después de la publicación de fotografías en compañía de invitadas en 'topless' sobre su yate anclado en Misano (costa adriática), a dos pasos de su casa.
Rossi, juerguista empedernido, se divierte. Sobre una moto y fuera de los circuitos. Y tiene pensado seguir su camino victorioso en 2009 y 2010, aún más si las victorias son fieles a su cita.
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